lunes, 11 de mayo de 2015

- Yo amo mi trabajo, amo mi trabajo, amo mi trabajo…



Aporte de Jorge


¿Has visto la sonrisa de un niño al entrar a Disney World? Se refleja en todo su cuerpo, el brillo de sus ojos, el movimiento de sus articulaciones, el color de su piel, pulsaciones del corazón, respiración… en todo. Grita, salta, e incluso llora de la alegría que emana de su cuerpo.

¿Qué tal si lo comparamos con el comportamiento de un adulto un lunes de trabajo a las 8 am, luego de un fin de semana largo? No se necesita ser un experto ni mucho menos  es necesario un tiempo de análisis y/o reflexión… son emociones, momentos y conductas totalmente antagónicas.

Pero… ¿Por qué? En el trabajo pasamos la mayor parte de nuestra vida, incluso más que con nuestra propia familia (a excepción de empresas familiares, ese es otro tema que trataremos más adelante), y aun siendo conscientes de ello, muchos decidimos estancarnos y acomodarnos en un lugar que no nos gusta, haciendo algo que no nos apasiona en lo absoluto.

Todos tenemos la libertad de elegir, Vicktor Frankl la definió como: La última libertad del ser humano. Por supuesto dentro de ello cabe la libertad de elegir a que queremos dedicarnos el resto de nuestra vida. A pesar de ello el escenario real es que muchos deciden cobijarse bajo la sombra de la necesidad, victimizándose… excusando la propia infelicidad laboral con la máscara de suplir las necesidades básicas propias y de su familia, algo que puede ser verdad y sucede en la mayoría de los casos de la región latinoamericana, sin embargo la pregunta es, sin importar la situación en que te encuentres en tiempo presente: ¿Qué estás haciendo hoy para llegar a donde quieres llegar? ¿Para ser lo que quieres ser? Probablemente hoy no lo hayas alcanzado aún, pero al dejar de actuar te estas convirtiendo en verdugo de tu propio destino.  

En una ocasión National Geographic Channel presento un pequeño corto basado en estadísticas sobre la vida humana, en donde hacían reseña del tiempo que cada persona promedio toma en ciertas actividades durante toda su vida:

-          Caminarás el equivalente a 3 vueltas al mundo.

-          Comerás 30 toneladas de comida.

-          Beberás más de 9 mil tazas de café – (Si te gusta el café).

-          Tendrás una oportunidad en 10 de ser electrocutado.

-          En promedio pasarás 10 años de tu vida en el trabajo.

-          20 años durmiendo.

-          3 años sentado en el inodoro.

-          7 meses esperando en el tráfico.

-          2 meses y medio esperando en el teléfono.

-          Pasarás 12 años viendo televisión.

-          19 días buscando el control remoto.

Con lo cual solo te queda un quinto de tu vida para vivir, así que será mejor que tomes la decisión correcta y comiences a disfrutar cada uno de tus días, hacer tus sueños realidad, equivocarte, reír, y darle valor a las cosas que realmente importan…y traducido al aspecto laboral, como diría el fallecido Facundo Cabral: Hoy mismo puedes dejar el trabajo que odias.

La invitación es a que seas responsable de tu destino, de tu felicidad, de tu vida y no termines convirtiéndote en una persona monótona, desapasionada que trabaja por trabajar, y todos los días antes de entrar a la oficina realiza un falso e inútil ritual de autoconvencimiento al respirar profundo, cerrar los ojos y repetirse a sí mismo: “Yo amo mi trabajo, amo mi trabajo, amo mi trabajo”.
Aporte de Jorge
 
 

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